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sábado, 10 de septiembre de 2016

LAS MALDICIONES GENERACIONALES

LAS MALDICIONES GENERACIONALES

La biblia es un libro que, como Dios, tiene una doble naturaleza: humana y divina, su divinidad radica en que fue inspirada por el Espíritu Santo, su humanidad se encuentra en que fue escrita por hombres, tomando el Espíritu muchas de sus características para imprimir su mensaje, cosas como el contexto histórico y cultural, además del idioma, por tanto hay que tener en cuenta muchos aspectos en el momento de interpretarla. La hermenéutica es la ciencia encargada de la interpretación de los textos, la hermenéutica bíblica es una herramienta que facilita la comprensión de aquellos elementos humanos de la biblia, siendo una de las reglas más importantes tener en cuenta el contexto general, significando esto que no podemos interpretar un versículo sin considerar lo que enseña la totalidad de la biblia  al respecto; al desconocer estos principios caemos en errores doctrinales, uno de ellos son las maldiciones generacionales.

Ahora vamos a definir la expresión maldiciones generacionales, para esto se puntualizará cada termino según el diccionario de la Real Academia de la lengua española:

Maldición: Imprecación que se dirige contra alguien o contra algo, manifestando enojo y aversión hacia él o hacia ello, y muy particularmente deseo de que le venga algún daño.

Generacional: Sucesión de descendientes en línea recta.

De tal manera que al hablar de maldiciones generacionales se hace referencia a aquellos males que presentan ciertas personas de una generación a otra, los que enseñan esta doctrinan aseguran que el pecado de un padre puede ocasionar maldiciones en sus hijos, nietos y tataranietos, siendo ejemplo de ello cuando alguien sufre del corazón al ser incrédulo, sus hijos y nietos sufrirán de lo mismo, y esto se perpetua aunque uno de ella reciba a Cristo, sin embargo, esto va más allá de una enfermedad, se refiere también a conductas, que si una mujer es prostituta, sus hijas y nietas también lo serán, aunque una de ellas conozca a Cristo tiene esa maldición y es necesario romperla para que sea libre, todo esto a causa de su pecado. Para hacer un estudio basado en información confiable, tomare los fundamentos teóricos de hermanos que sustentan esta doctrina para después refutarla.

Ø  El pecado abre puertas a satanás para darle derecho legal sobre nuestras vidas y de las siguientes generaciones. La base para esta declaración la encontramos en las siguientes citas:

Éxodo 20:3-6
No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen,  ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo,  ni abajo en la tierra,  ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas,  ni las honrarás;  porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares,  a los que me aman y guardan mis mandamientos.

Éxodo 34:6-7
Y pasando Jehová por delante de él,  proclamó: ¡Jehová!  ¡Jehová! fuerte,  misericordioso y piadoso;  tardo para la ira,  y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad,  la rebelión y el pecado,  y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos,  hasta la tercera y cuarta generación.

En estos textos se evidencia cómo el pecado de idolatría trae consecuencias sobre las personas que lo practican, sin embargo, dichas consecuencias provienen de Dios, no de Satanás, las Escrituras nunca enseñan que Satanás tenga el poder de colocar maldición sobre las personas y menos sobre sus generaciones, pero hay una consideración a tener en cuenta con relación a este texto bíblico, leamos las palabras del Señor dichas tiempo después de pronunciar las primeras:

Jeremías 31:29-30
En aquellos días no dirán más: Los padres comieron las uvas agrias y los dientes de los hijos tienen la dentera, sino que cada cual morirá por su propia maldad; los dientes de todo hombre que comiere las uvas agrias, tendrán la dentera.

Lamentaciones 5:7
Nuestros padres pecaron, y murieron, ¡pero a nosotros nos tocó llevar el castigo!

Ezequiel 18:2-4
¿Qué pensáis vosotros, los que usáis este refrán sobre la tierra de Israel, que dice: Los padres comieron las uvas agrias, y los dientes de los hijos tienen la dentera? Vivo yo,  dice Jehová el Señor, que nunca más tendréis por qué usar este refrán en Israel. He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre,  así el alma del hijo es mía;  el alma que pecare,  esa morirá.

Para comprender las citas antes expuestas es necesario conocer el contexto; en primer lugar el profeta Jeremías profetiza a una generación que viviría la destrucción de Jerusalén y el Templo, por más de veinte años predijo tal destrucción pero los judíos no lo creyeron, al contrario, pensaron que por mucho mal que hiciesen, sus hijos sufrirían las consecuencias mas no ellos, de la misma forma que si comieran muchas uvas agrias, sus hijos sufrirían la dentera, su razonamiento lo basaban en la cita de éxodo, a lo que el Señor responde mostrando que NUNCA MAS se usaría tal refrán, y eso aplica aun hoy. En segundo lugar encontramos al profeta Ezequiel, el cual vivió la deportación a babilonia, se usaba este refrán aun entre los desterrados con el fin de justificar su estadía en babilonia como una consecuencia de los pecados de sus padres y no los propios, pero nuestro Señor es muy claro, todo hombre llevará las consecuencias de su propio pecado, ninguno pagará los pecados de otro, sin embargo, no podemos negar las consecuencias que las decisiones tomadas puedan ejercer sobre otras personas, como el de un padre que abandona a su hijo, el niño sufrirá las consecuencias pero no por una maldición sino por una ley de causa y efecto, asimismo todo acto que hagamos tiene consecuencias dada la conexión que tenemos con las personas que nos rodean, pero no son atribuibles ni a Dios como tampoco al diablo.

Los que defienden la doctrina de maldiciones generacionales alegan que el diablo tiene cierto poder sobre las familias y generaciones posteriores para actuar en enfermedades y adicciones, pero eso no es lo que la biblia enseña, aun en éxodo 20 NUNCA el Señor declara que dichas maldiciones sean prácticas o adicciones como el alcohol, la prostitución, el adulterio; sería algo inconcebible que Dios como castigo de un pecado coloque la adicción o la perpetuación de dicho pecado.

Isaías 61:8
Yo, el Señor, amo la justicia y aborrezco el robo y la maldad; así que afirmaré en verdad sus obras y haré con ellos un pacto perpetuo.

Tampoco encontramos en las Escrituras que haya maldiciones colocadas por el diablo para que ciertas familias cometan pecados específicos, en verdad los que no creen son esclavos del pecado y están bajo el poder del maligno, pero nunca leemos que haya maldiciones con relación a prácticas de pecados específicos.

Ahora analicemos un texto tomado de una enseñanza que apoya esta doctrina:

Iniquidad Generacional es una predisposición o impulso hacia hábitos, tendencias y pecados específicos. Se puede definir como una influencia negativa y poderosa, una puerta abierta o tendencia en el linaje de la familia que controla el comportamiento de la familia y ha sido aceptado como normal. La iniquidad generacional puede ser transmitida a Ud. no solo por sus antepasados sino también por medio de alianzas con otras personas o grupos. Al unirse con alguien o algún grupo, todos los derechos y oportunidades dadas al diablo por medio de ellos y sus antepasados aplican a Ud. también. Cuando Ud. se casa, las maldiciones o derecho legales en el linaje de sangre de su cónyuge ahora tiene el derecho de entrar y obrar en su vida y la de sus hijos.

Hoy pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ti, de que te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Elige, pues, la vida, para que vivan tú y tus descendientes. Deuteronomio 30:19 NVI.

En este texto Iniquidad generacional es sinónima a maldición generacional y es de observar que de manera clara se habla de hábitos, prácticas que se heredan y no solo eso, sino que también pueden ser transmitidas por medio de pactos; la pregunta que surge es ¿Qué base bíblica usan para sustentarlo? Deuteronomio 30:19, no obstante, en esa cita de ninguna manera se enseña lo que proponen, las maldiciones nombradas allí son colocadas por el mismo Dios, no por el hombre, y nunca hace alusión a prácticas ni pecados, por tanto esta doctrina se fundamenta más en la preconcepción de los que la sugieren que de la biblia.

Ø  Las maldiciones generacionales se transmiten por genética, el ejemplo y la ley de siembra y cosecha.

Hay tres maneras en que las iniquidades generacionales pueden pasar a nosotros y manifestarse en nuestras vidas:

ü  Genes
Condiciones Físicas: Depresión, enfermedades del corazón, diabetes, artritis, cáncer etc. Aun los doctores piden la historia de su familia para poder analizar su salud.
          
Decir que las maldiciones generacionales están ligadas a los genes pues es creer que ciertos pecados pueden entrar en la genética y dañarla, sin embargo, la biblia enseña que desde el momento del pecado de Adán el cuerpo del hombre fue dañado por el pecado, introduciéndose en él, trayendo muerte y enfermedad, además de la atracción que posee éste para practicarlo, como muy bien instruye el apóstol:
Romanos 7:14-23
Sabemos que la ley es espiritual. Pero yo soy un simple ser carnal, que ha sido vendido como esclavo al pecado. No entiendo qué me pasa, pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco. Y si hago lo que no quiero hacer, compruebo entonces que la ley es buena. De modo que no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que habita en mí. Yo sé que en mí, esto es, en mi naturaleza humana, no habita el bien; porque el desear el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero. Y si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo hace, sino el pecado que habita en mí. Entonces, aunque quiero hacer el bien, descubro esta ley: que el mal está en mí. Porque, según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero encuentro que hay otra ley en mis miembros, la cual se rebela contra la ley de mi mente y me tiene cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.

El apóstol es claro en que todo ser humano es esclavo del pecado, está sometido a los deseos que en el cuerpo produce teniendo como fruto pecar, estos deseos se pueden manifestar de las diferentes formas en que actuamos, no es algo que herede una familia específica, SON TODOS LOS SERES HUMANOS, como el mismo Señor indica:

Mateo 15:19
Porque del corazón salen los malos deseos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los robos, los falsos testimonios, las blasfemias.

Ahora, las enfermedades que poseemos son consecuencias del pecado de Adán, no el de una persona en específico, no es que un ancestro cometió cierto pecado y por ello le heredó el cáncer a todas sus generaciones, no es así, esas enfermedades se producen por daños genéticos causados por el pecado original, lo cual heredamos todos, unos de una forma, otros de otra, la única manera en que una familia pueda detener el cáncer es que Dios arregle ese daño para que no se pueda perpetuar, y es que todos los seres humanos tenemos debilidades en ese aspecto, todos nos enfermamos, todos poseemos daños que incentivan ciertas enfermedades. La creencia de que nuestros pecados producen enfermedades que se pueden heredar es antigua, lo encontramos en el tiempo de Job, cuando sus amigos lo acusan de pecar y como consecuencia sufrió esa terrible enfermedad además de todas las catástrofes y pobreza que padeció, recordemos también esta escena del evangelio:

Juan 9:2-3
—Rabí, ¿por qué nació ciego este hombre? —le preguntaron sus discípulos —. ¿Fue por sus propios pecados o por los de sus padres?—No fue por sus pecados ni tampoco por los de sus padres —contestó Jesús—, nació ciego para que todos vieran el poder de Dios en él.

El Señor claramente afirma que la enfermedad en este caso no fue por causa del pecado, fue por voluntad divina, así como con Job, de tal manera que ¿Cómo saber cuándo una enfermedad es por causa divina o por consecuencia del mismo hombre? Solo Dios determina tal cosa; al referirme consecuencia del hombre hago énfasis en aquello que hacen las personas que conducen a afectar a los que le rodean incluyendo la familia, por ejemplo, una mujer embarazada que no se cuida, que fuma, que toma alcohol, que hace cosas dañinas para el bebé traerá como consecuencia un daño en el niño, mas no fue por un pecado de sus antepasados, como decir que el abuelo pecó y por ello el niño nació con problemas.

ü  Ejemplo 
Repetimos lo que otros han vivido en frente de nosotros, el ambiente en que vivimos. Alcoholismo, divorcio, enojo, gritando, chismes, etc.

En este aspecto puede darse una explicación más relacionada al aprendizaje que a lo espiritual en el sentido de que son conductas aprendidas, no es algo transmitido espiritualmente, son costumbres que son enseñadas por los padres y la sociedad, los cuales pueden ser desechados por el individuo una vez tiene conciencia de sus actos, decidiendo seguir en esos caminos o cambiar de vida; es fundamental la enseñanza que se produce en la infancia, ya que se queda tan arraigada en la persona que en muchos casos es difícil de quitar, por eso mismo el Señor tiene este mandato:

Deuteronomio 6:6-9
Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos,  y hablarás de ellas estando en tu casa,  y andando por el camino,  y al acostarte,  y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano,  y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa,  y en tus puertas.

ü  Ley de sembrar y cosechar

Dios estableció esta ley con el propósito de bendecir a su pueblo, pero cuando el pecado entro al mundo esta misma ley fue usada por el diablo para sembrar la maldición. No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra. El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna. No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos.                      
Gálatas 6:7-9 NVI.

Hermanos nuestra falta de victoria en algunas áreas de nuestra vida puede ser porque tenemos una fortaleza por causa de nuestra propia iniquidad o por la iniquidad de nuestros antepasados que han dado el derecho a satanás para atormentarnos y traer sufrimiento a nuestro cuerpo, alma, vida y familia. Esto no nos da una excusa para pecar porque la autoridad que tenemos en Jesús es más grande que el pecado, pero las iniquidades generacionales pueden hacernos más débiles y darnos más tendencia a pecar en áreas específicas donde nuestros antepasados han abierto una puerta con su desobediencia. Si no hemos cerrado la puerta rompiendo la iniquidad el diablo sigue con el derecho de atacarnos una y otra vez, pero podemos orar para que Dios rompa el poder de la iniquidad que entró através de la puerta que nuestros antepasados abrieron.

En este punto es necesario analizar algunas frases y conceptos que a la luz de la biblia no tienen ningún fundamento, he subrayado esos textos para considerarlos con mayor profundidad. El primero dice: pero cuando el pecado entro al mundo esta misma ley fue usada por el diablo para sembrar la maldición. La ley de la siembra y la cosecha nunca es nombrada en las Escrituras con relación a que Satanás puede usarla para maldecir al hombre, nunca en la biblia se muestra algún ejemplo, además, cuando el apóstol usa la cita mencionada hace referencia a las consecuencias que se obtienen por pecar y por buscar del Señor, siendo la paga del pecado la muerte como algo intrínseco al pecado mas no por obra satánica, por tanto, la cita bíblica es sacada de contexto y le es dado un significado que no es bíblico.

Hermanos nuestra falta de victoria en algunas áreas de nuestra vida puede ser porque tenemos una fortaleza por causa de nuestra propia iniquidad o por la iniquidad de nuestros antepasados que han dado el derecho a satanás para atormentarnos y traer sufrimiento a nuestro cuerpo, alma, vida y familia. Es interesante que este texto señala que una causa posible de la falta de victoria traduciéndose esto como éxito en aquello emprendido, ya sea económico o personal está determinada por satanás, el cual toma poder en las vidas a consecuencia del pecado propio o ancestral, algo que no tiene ningún sustento bíblico y lo demuestra dicho escritor al no mencionar ninguna cita bíblica que lo valide, puede que el diablo tenga poder sobre el incrédulo a causa de su esclavitud al pecado y porque está en su reino, aun así cualquier acción hecha por el diablo lo ejerce porque Dios así lo permite, de tal manera que no puede quitar la vida a una persona sin la voluntad de Señor, como lo muestran las Escrituras:

Ezequiel 18:4
He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre,  así el alma del hijo es mía;  el alma que pecare, esa morirá.

El único que tiene poder sobre la vida es Dios, ya que si dependiera del diablo, todos estuviéramos muertos debido a que esto implicaría la separación con Dios y la condenación eterna, por tanto, Dios da la vida a buenos y malos, y permite que vivan para que puedan escuchar las buenas nuevas y tener así la oportunidad de entrar a su gran Reino por medio de su hijo Jesucristo. A eso se añade el valor quitado al nuevo nacimiento, cuando los creyentes morimos al viejo hombre naciendo uno completamente nuevo en Cristo:

2 Corintios 5:17
De modo que si alguno está en Cristo,  nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

Decir que Satanás tiene poder sobre los cristianos por algo que sus antepasados hicieron es declarar que en el creyente NO TODO fue hecho nuevo, que el nuevo nacimiento no es tan nuevo, que el sacrificio del Señor no fue tan poderoso como para borrar todas nuestras faltas, por lo que es necesario hacer algo para complementar dicho sacrificio, visto de esta manera puede notarse lo absurdo de decir que satanás tiene poder sobre el cristiano por causa de sus antepasados.

pero las iniquidades generacionales pueden hacernos más débiles y darnos más tendencia a pecar en áreas específicas donde nuestros antepasados han abierto una puerta con su desobediencia. Si no hemos cerrado la puerta rompiendo la iniquidad el diablo sigue con el derecho de atacarnos una y otra vez, pero podemos orar para que Dios rompa el poder de la iniquidad que entró através de la puerta que nuestros antepasados abrieron.

Al analizar la anterior declaración encontraremos que no tiene ningún fundamento bíblico, por tanto no sorprende que no haya una sola cita que lo valide, es más un pensamiento humano que doctrina cristiana. Examinemos cada parte, en primer lugar se enseña que las iniquidades generacionales o maldiciones generacionales pueden hacer débiles a las personas en áreas específicas resultado de la desobediencia de nuestros antepasados, como estudiamos con anterioridad, todo ser humano es esclavo del pecado, y tal esclavitud fue resultado del pecado de Adán, no por nuestros abuelos; a eso se añade lo enseñado por las Escrituras en lo referente a la lucha entre esos deseos producidos por el pecado y la guía del Espíritu por la santidad, tal disputa permanece aun siendo creyentes nacidos de nuevo, como leemos:

Mateo 26:41
Velad y orad,  para que no entréis en tentación;  el espíritu a la verdad está dispuesto,  pero la carne es débil.

Gálatas 5:16-17
Digo,  pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu,  y el del Espíritu es contra la carne;  y éstos se oponen entre sí,  para que no hagáis lo que quisiereis.

Como enseñan los textos, el Espíritu y los deseos pecaminosos de la carne están en disputa, la cual cesará cuando muramos o cuando resucitemos con cuerpos gloriosos.

ü  METODO PARA DESTRUIR LAS MALDICIONES GENERACIONALES
Ahora procedo a mostrar la manera en que según estas enseñanzas se puede romper una maldición generacional, leamos:

1.   Pedir perdón a Dios por nuestros antepasados nombrando el pecado específicamente, si es posible.   

2.   Perdonar a nuestros antepasados por sus pecados y el resultado que trajo a nuestras vidas.

3.   Pedir de todo corazón a Dios que lo perdone a Ud. y sus generaciones futuras en el Nombre de Jesús y que remueva cualquier juicio que había en su linaje de sangre que está permitiendo esa maldición y ataques. Talvez sea necesario lidiar con demonios ordenándoles que salgan de su vida, en el Nombre de Jesús.

Al hacer esta oración de todo corazón romperá cualquier derecho que ha venido por su rebelión o la rebelión de sus antepasados. Es importante orar esta oración en voz alta para declarar a satanás que Ud. es un hijo de Dios y está protegido con la sangre de Cristo. Tener fe en nuestro corazón es importante pero también debemos confesar con nuestra boca.

Analicemos parte por parte las declaraciones citadas, en primer lugar se enseña que un requisito para destruir las maldiciones generacionales es pedir perdón por los pecados de nuestros antepasados, y hacerlo nombrando los pecados específicos, esto es algo que carece de base bíblica y de sentido común en el hecho de que para tal cosa debemos conocer los pecados de nuestros antepasados y de manera específica ¿y qué de aquellos que nunca conocieron su familia?¿o de aquellos que sus antepasados practicaron pecados ocultos?¿cómo harán para pedir perdón a Dios por dichos pecados los cuales son desconocidos? Recordemos lo estudiado con anterioridad, donde se demostró que los pecados no son heredados, sin embargo, para justificar esta doctrina muchos citan Daniel 9 donde se muestra a Daniel orando al señor por los pecados cometidos por su pueblo, pero miremos las diferencias de esta acción del profeta con las que estamos estudiando, Daniel ora como nación, no como individuo, lo hace basado en el pacto hecho por Dios con el pueblo de Israel, el cual fue hecho con toda la nación y no con individuos en específico, por tanto basado en eso Daniel ora pidiendo perdón por los pecados cometidos por Israel en el pasado los cuales conllevaron a que se cumpliera la maldición por incumplir el pacto (Deuteronomio 28:49-57), pero hay que aclarar que dichas maldiciones surgidas por incumplir el pecado NUNCA hace referencia a satanás y mucho menos a pecados que cometen ciertas familias, son circunstancias que Dios coloca para que su pueblo vuelva a él, como fue el caso de la deportación a Babilonia, y de allí que Daniel pida perdón como una nación para que como nación sea perdonado y devuelto a su tierra, y lo hace sabiendo que tal cosa ocurrirá, ya que los 70 años de la profecía donde Jeremías predecía la vuelta de los israelitas a su tierra ya se habían cumplido, de tal manera que la maldición que Dios profirió en Deuteronomio duró unos 70 años, después de eso se volvería a cumplir cuando los israelitas volvieran a quebrantar el pacto.

A esto podemos añadir que el pedir perdón por los pecados de generaciones futuras no es bíblico, ya que el perdón es otorgado a aquel que lo pide, no es algo que pueda hacer otra persona, por dicha razón esta afirmaciones no son sustentadas bíblicamente, no existe tal fundamento.

Después de examinar todos estos puntos, podemos declarar con seguridad bíblica que la doctrina de las maldiciones generacionales como se enseña regularmente no es Escritural, contradice las enseñanzas divinas y además muestran a Dios como alguien que impulsa el pecado en las familias.

El texto tomado como base para refutar en este estudio fue tomado de:



Nota: si alguno tiene inquietudes con respecto al tema expuesto anteriormente, puede comunicarse conmigo.
Atentamente:
Hernando Álvarez.
Correo:siloh83@hotmail.com


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