Mi amado Jesús
Mi amado Jesús tu rostro es como el sol
Radiante sin
comparación,
Tu vida distes
por mí
Para que en mi
pecado yo no viniera a sufrir,
Tu sangre quedo
derramada
Para que mi
vida la sacaras de la nada,
Tus manos horadadas
quedaron
Para que mis
manos no sufrieran daño
En tu cabeza una
corona de espinas estaba
Para que mi
cabeza en ti se gozara,
Tus pies por los
clavos inútiles quedaron
Para que mis
pies anduvieran en tu rebaño,
Con látigos tu
espalda sangraron
Para que mi
espalda se recostara en tus brazos,
Tu vida distes
por mí
Para que
yo viviera para ti.
Hernando Álvarez
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