Dios les bendiga mis hermanos, continúo compartiendo información sobre la segunda carta de Clemente:
Porque el mismo Señor,
cuando cierta persona le preguntó cuándo vendría su reino, contestó: “Cuando los dos sean uno, y el de fuera como el de dentro, y el varón como la hembra, ni varón ni hembra”. Verso 12
Aquí podemos encontrar una cita de un evangelio apócrifo, se cree que es el evangelio de los egipcios; se puede apreciar la diferencia con relación a los evangelios canónicos;esto explica el porqué la iglesia primitiva nunca colocó estás cartas en el canon; en esos tiempos habían varios evangelios circulando, pero eran considerados confiables los que poseemos hoy, precisamente Lucas afirma que muchos escribieron acerca de la vida de Jesús, y que él diligentemente buscó entre los que fueron testigos para escribir su evangelio. Esto también muestra diferencias con la primera carta de Clemente y da soporte al hecho de que no fue él quien lo escribió.
Porque el Señor ha dicho: “Mi nombre es blasfemado en todas formas entre todos los gentiles” (Is.
52:5); y también: “¡Ay de aquel por razón del cual mi Nombre es blasfemado!” ¿En qué es blasfemado? En que vosotros no hacéis las cosas que deseo. Porque los gentiles,
cuando oyen de nuestra boca las palabras de Dios, se maravillan de su hermosura y grandeza; pero cuando descubren que nuestras obras no se corresponden a las palabras que decimos, inmediatamente empiezan a blasfemar, diciendo que es un cuento falaz y un engaño. Porque cuando oyen que les decimos que Dios dice: “¿Qué clase de merecimiento es el vuestro, si amáis a los que os aman?; el mérito está en que améis a vuestros enemigos y a los que os aborrecen” (Lc. 5:32, 35); cuando oyen estas cosas, digo, se maravillan de su soberana bondad; pero cuando ven que no solamente no amamos a los que nos aborrecen, sino que ni aun amamos a los que nos aman, se burlan de nosotros y nos desprecian, y el Nombre es blasfemado. Verso 13
Al igual que hoy, en los primeros siglos tambien luchaban con aquellos que decían seguir a Cristo pero con sus hechos lo negaban.
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