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martes, 12 de enero de 2021

Ignacio de Antioquía

Dios les bendiga mis hermanos, hoy iniciamos las cartas de Ignacio de Antioquía, para conocer más de este servidor del Señor, les comparto lo dicho por Alfonso Ropero: La hagiografía lo identifica con el muchacho que Jesús puso como ejemplo a sus discípulos, para darles un lección de grandeza y humildad en el reino de los cielos (Mt. 18:2). Esta leyenda fue propagada por Simeón Metafrastes en el siglo X. Para Jerónimo se trata de un discípulo del apóstol Juan. Eusebio dice que fue el segundo sucesor de Pedro en el episcopado de Antioquía de Siria (Hist. Ecl., 3,36). Orígenes que el primero (Hom. en Lucas, 6). Obispo de la importante iglesia de la capital Siria,
Antioquía, cuna de la misión a los gentiles, parece cierto que sucedió a Evodio, primer obispo, propiamente tal de Antioquía, entre el año primero de Vespasiano (70 d.C.),
y el décimo de Trajano (107 d.C.). Juan Crisóstomo, natural de Antioquía, asienta que Ignacio fue consagrado obispo de manos de los mismos Pedro y Pablo, sin embargo, no hay evidencia histórica al respecto, aunque no se puede dudar del dato de fondo, el trato y la relación inmediata de Ignacio con los apóstoles.
Apresado por los años 106 a 107 por el legado imperial, en virtud de su nombre cristiano, fue destinado a ser llevado a Roma junto a otros prisioneros.

Ignacio murió como mártir en Roma, en el transcurso del viaje  escribe a varias iglesias, esas son las cartas que permanecieron hasta hoy.

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