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domingo, 17 de abril de 2022

Escritos diversos

 Los judíos creían que el recibir al enviado o mensajero de una persona era como recibir a la misma persona. El hacer los honores a un embajador era lo mismo que hacérselos al rey que le había enviado. El recibir con amor al mensajero de un amigo era lo mismo que recibir al amigo mismo. Los judíos siempre creyeron que el honor que se hacía al representante de una persona era el mismo que el honor que se hacía a la persona cuyo era el representante. Esto era particularmente cierto en relación con los sabios y con los que enseñaban la verdad de Dios. Los rabinos decían: "El que da hospitalidad a los sabios es como si trajera las primicias de sus frutos a Dios.» «El que recibe con afecto a los instruidos es como si recibiera a Dios.» Si uno es un verdadero hombre de Dios, el recibirle es recibir al Dios que le envió. William Barclay 

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