Uno de los testimonios más impresionantes de Ireneo en cuanto a la vigencia de los dones del Espíritu y sus manifestaciones poderosas en la iglesia de sus días es aquel en el que rebate el argumento de los herejes haciendo referencia al ministerio poderoso de la Iglesia: "Por lo tanto, también, aquellos que en verdad son sus discípulos, recibiendo gracia de parte de Él, de veras llevan a cabo [milagros] en su nombre, de modo de promover el bienestar de otros hombres, conforme al don que cada uno ha recibido de Él. Porque algunos de cierto y verdaderamente echan fuera demonios, de modo que aquellos que han sido limpiados así de espíritus malos frecuentemente creen [en Cristo] y se unen a la Iglesia. Otros tienen preconocimiento de cosas venideras: ven visiones, y declaran expresiones proféticas. Aun otros sanan a los enfermos imponiendo sus manos sobre ellos, y son sanados. Sí, todavía más, como he dicho, incluso los muertos han sido resucitados, y permanecen entre nosotros por muchos años. ¿y qué más diré? No es posible nombrar el número de los dones que la Iglesia, [esparcida] a lo largo de todo el mundo, ha recibido de Dios, en el nombre de Jesucristo, quien fue crucificado bajo Poncio Pilato, y que ella ejerce día por día para el beneficio de los gentiles, sin practicar engaño sobre nadie, ni tomar ninguna recompensa de ellos (en razón de tales interposiciones milagrosas]. Porque así como ella ha recibido gratuitamente de parte de Dios, también gratuitamente ministra [a los demás". Comentando este pasaje de Ireneo, W.W. Harvey nota:
"El lector no dejará de notar este testimonio sumamente interesante, de que los charismata divinos concedidos sobre la joven Iglesia no estaban del todo extinguidos en los días de Ireneo. Posiblemente el venerable Padre está hablando desde su propio recuerdo personal de algunos que habían sido resucitados de los muertos, y habían continuado por un tiempo siendo testigos vivientes de la eficacia de la fe cristiana" Sin embargo, Ireneo no está hablando solamente del pasado en este pasaje. Con la larga lista de dones espirituales que presenta, es claro que él está hablando de las maneras en las que Cristo ministra a la humanidad a través de su Iglesia en el presente. La lista de dones y operaciones del Espíritu que presenta Ireneo como vigentes en la Iglesia es impresionante. Incluye dones como la capacidad de echar fuera demonios, el conocimiento del furturo, visiones y profecías, y todo esto junto con sanidades y milagros, como la resucitación de muertos. Tomado del libro La acción del Espíritu Santo en la historia. Pablo Deiros
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