Páginas

domingo, 17 de abril de 2022

Escritos diversos

 TESOROS EN EL CIELO

Mateo 6:19-21 (conclusión)

La frase tesoros en el Cielo era corriente entre los judíos. Identificaban tales tesoros con dos cosas en particular.

(i) Decían que las obras de caridad que se hacían en la Tierra se convertían en su tesoro en el Cielo.

Los judíos contaban una famosa leyenda de un cierto rey Izates de Adiabena, que se convirtió al judaísmo: «Izates distribuyó todos sus tesoros entre los pobres el año del hambre. Sus hermanos le mandaron recado para decirle: "Tus padres añadieron nuevos tesoros a los que habían heredado de sus padre, pero tú has perdido tus tesoros y los suyos" Y él les contestó: "Mis padres reunieron tesoros para aquí abajo, pero yo los he reunido para Arriba; ellos almacenaron tesoros en un sitio sobre el que puede gobernar el poder humano, pero yo los he almacenado en un lugar sobre el que no puede gobernar el poder humano; mis padres coleccionaron tesoros que no producen ningún interés, pero yo he reunido tesoros que sí lo producen; mis padres allegaron tesoros de dinero, pero yo los he allegado de almas; mis padres reunieron tesoros para otros, pero yo los he reunido para mí; mis padres allegaron tesoros en este mundo, pero yo los he allegado para el mundo por venir."»

Tanto Jesús como los rabinos judíos estaban seguros de que lo que se almacena con fines egoístas se pierde, mientras que lo que se comparte generosamente produce tesoros en el Cielo.

Ese era el principio de la Iglesia Cristiana en sus primeros días. La Iglesia Primitiva siempre se cuidaba amorosamente de los pobres, los enfermos, los abatidos, los indigentes y todos los que no le importaban a nadie. En los días de la terrible persecución del emperador Decio, las autoridades romanas entraron violentamente en una iglesia. Iban a expoliarla de los tesoros que creían que guardaba. El prefecto romano le exigió al diácono Laurentio: «Muéstrame tus tesoros inmediatamente.» Laurentio señaló a las viudas y huérfanos que alimentaban, a los enfermos que cuidaban, a los pobres que ayudaban, y dijo: «Estos son los tesoros de la Iglesia.»

La Iglesia siempre ha creído que «perdemos lo que guardamos, y conservamos lo que damos.» William Barclay 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario