Analizando las historias de los reyes de Judá podemos encontrar grandes proezas, pero también finales tristes, como el de Salomón, o el de Joás, quien fue bisnieto de Josafat, un rey reconocido por su entrega al Señor, quien dejó en el reino al morir a su hijo Joram, éste mató a sus hermanos para no tener competencia en el reino, pero sólo duró 8 años; le sucedió Ocozías quién hizo lo malo ante Dios, reinó sólo un año; cuando murió, su madre Atalía asesinó a toda la descendencia real para quedarse con el poder, el único que se salvó fue Joás, de 7 años. El sumo sacerdote Joiada lo cuidó y junto a unos príncipes le devolvieron el reino(2 crónicas 24). Joás hizo lo bueno ante el Señor mientras vivió Joiada, una vez muerto, se apartó y en su locura llegó a asesinar a los hijos de Joiada, quién lo cuidó, lo protegió y le devolvió el reinado, es increíble cómo la entrega al pecado puede volver a alguien tan insensible, esto también nos muestra que el futuro puede ocurrir de forma que nunca podríamos imaginar.
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