domingo, 10 de enero de 2021

2 Clemente y las limosnas

 Dios les bendiga mis hermanos. Les sigo compartiendo información de la segunda carta de Clemente:

Porque si nos desprendemos de estos goces y vencemos nuestra alma, rehusando dar satisfacción a sus concupiscencias, seremos partícipes de la misericordia de Jesús. Porque sabéis que el día del juicio está acercándose, como “un horno encendido, y los poderes de los cielos se disolverán” (Mal. 4:1; Is. 34:4), y toda la tierra se derretirá como plomo en el fuego, y entonces se descubrirá el secreto y las obras ocultas de los hombres. El dar limosna es, pues, una cosa buena, como el arrepentirse del pecado. “El ayuno es bueno con la oración, pero el dar limosna mejor que estos dos” (Tobías 12:8). Y “el amor cubrirá multitud de pecados” (Pr. 10:12; 1ª P. 4:8;

Stg. 5:20), pero la oración hecha en buena conciencia libra de la muerte. Bienaventurado el hombre que tenga abundancia de ellas. Porque el dar limosna quita la carga del pecado. Verso 16

En esta cita podemos observar la influencia de los libros apócrifos, al comparar la limosna con el arrepentimiento, sabemos que una cosa no se equipara con la otra, ya que el dar limosna está en las posibilidades de cualquiera, no importando si teme o no a Dios,  el texto remata diciendo que el dar limosna es mejor que el ayuno y la oración, basándose en el libro apócrifo de Tobías,la última parte también corresponde a este libro, donde declara que la limosna quita la carga del pecado, si fuera cierto no se necesitaría el sacrificio de Jesús para perdón de los pecados.

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