Hasta este día, el ayuno es una parte esencial de la vida religiosa en Oriente. Los musulmanes observan rigurosamente el ayuno en el mes de ramadán, que-es el noveno mes del año musulmán, en el que se conmemoran las primeras revelaciones que recibió Mahoma. Ese ayuno se mantiene desde la salida del sol -cuando hay bastante luz para distinguir un hijo blanco de uno negro- hasta la puesta del sol. En ese tiempo está prohibido comer, beber, bañarse, fumar, oler perfumes, y cualquier cosa que no sea esencial. Las mujeres que están criando o esperan bebés están exentas. Los soldados en campaña y los que están de viaje también pueden dejar de cumplirlo, pero comprometiéndose a ayunar en otro tiempo durante un número equivalente de días. Si una persona tiene que tomar alimento por razones de salud, debe compensar el haber quebrantado el ayuno dando limosnas a los pobres.
Las costumbres de ayuno de los judíos eran exactamente las mismas. Hay que advertir que, como ya hemos dicho, el ayuno duraba desde la salida hasta la puesta del sol; fuera de ese tiempo se podía comer normalmente. Los judíos de tiempos de Jesús, como en nuestros días, no tenían más que un ayuno obligatorio: el del Día de la Expiación. Ese día, todos los hombres tenían que «afligir sus almas» (Lv 16:31 ). La ley tradicional estipulaba: "El Día de la Expiación está prohibido comer, beber, bañarse, ungirse, llevar sandalias, y hacer uso del matrimonio.» Hasta los niños tenían que ser entrenados en cierta medida de ayuno el Día de la Expiación para que, cuando fueran mayores, estuvieran preparados para cumplir el ayuno nacional.
Pero, aunque sólo había un día de ayuno general obligatorio, los judíos practicaban corrientemente los ayunos privados.
(i) Estaba el ayuno que se relacionaba con el luto. Entre la muerte y el entierro de un ser querido, los que estaban de duelo se tenían que abstener de carne y de vino. William Barclay
No hay comentarios.:
Publicar un comentario