LAS MALDICIONES
GENERACIONALES
La
biblia es un libro que, como Dios, tiene una doble naturaleza: humana y divina,
su divinidad radica en que fue inspirada por el Espíritu Santo, su humanidad se
encuentra en que fue escrita por hombres, tomando el Espíritu muchas de sus
características para imprimir su mensaje, cosas como el contexto histórico y
cultural, además del idioma, por tanto hay que tener en cuenta muchos aspectos
en el momento de interpretarla. La hermenéutica es la ciencia encargada de la interpretación
de los textos, la hermenéutica bíblica es una herramienta que facilita la
comprensión de aquellos elementos humanos de la biblia, siendo una de las
reglas más importantes tener en cuenta el contexto general, significando esto
que no podemos interpretar un versículo sin considerar lo que enseña la
totalidad de la biblia al respecto; al
desconocer estos principios caemos en errores doctrinales, uno de ellos son las
maldiciones generacionales.
Ahora
vamos a definir la expresión maldiciones
generacionales, para esto se puntualizará cada termino según el diccionario
de la Real Academia de la lengua española:
Maldición: Imprecación que se dirige contra
alguien o contra algo, manifestando enojo y aversión hacia él o hacia ello, y
muy particularmente deseo de que le venga algún daño.
Generacional:
Sucesión de descendientes en
línea recta.
De
tal manera que al hablar de maldiciones generacionales se hace referencia a
aquellos males que presentan ciertas personas de una generación a otra, los que
enseñan esta doctrinan aseguran que el pecado de un padre puede ocasionar
maldiciones en sus hijos, nietos y tataranietos, siendo ejemplo de ello cuando
alguien sufre del corazón al ser incrédulo, sus hijos y nietos sufrirán de lo
mismo, y esto se perpetua aunque uno de ella reciba a Cristo, sin embargo, esto
va más allá de una enfermedad, se refiere también a conductas, que si una mujer
es prostituta, sus hijas y nietas también lo serán, aunque una de ellas conozca
a Cristo tiene esa maldición y es necesario romperla para que sea libre, todo
esto a causa de su pecado. Para hacer un estudio basado en información
confiable, tomare los fundamentos teóricos de hermanos que sustentan esta
doctrina para después refutarla.
Ø
El pecado abre puertas a satanás para
darle derecho legal sobre nuestras vidas y de las siguientes generaciones. La base para esta declaración la
encontramos en las siguientes citas:
Éxodo 20:3-6
No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te
harás imagen, ni ninguna semejanza de lo
que esté arriba en el cielo, ni abajo en
la tierra, ni en las aguas debajo de la
tierra. No te inclinarás a ellas, ni las
honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios,
fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la
tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a
millares, a los que me aman y guardan
mis mandamientos.
Éxodo 34:6-7
Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda
misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al
malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los
hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta
generación.
En
estos textos se evidencia cómo el pecado de idolatría trae consecuencias sobre
las personas que lo practican, sin embargo, dichas consecuencias provienen de
Dios, no de Satanás, las Escrituras nunca enseñan que Satanás tenga el poder de
colocar maldición sobre las personas y menos sobre sus generaciones, pero hay
una consideración a tener en cuenta con relación a este texto bíblico, leamos
las palabras del Señor dichas tiempo después de pronunciar las primeras:
Jeremías
31:29-30
En
aquellos días no dirán más: Los padres comieron las uvas agrias y los dientes
de los hijos tienen la dentera, sino que cada cual morirá por su propia maldad;
los dientes de todo hombre que comiere las uvas agrias, tendrán la dentera.
Lamentaciones
5:7
Nuestros padres pecaron, y murieron, ¡pero a
nosotros nos tocó llevar el castigo!
Ezequiel 18:2-4
¿Qué
pensáis vosotros, los que usáis este refrán sobre la tierra de Israel, que
dice: Los padres comieron las uvas agrias, y los dientes de los hijos tienen la
dentera? Vivo yo, dice Jehová el Señor, que
nunca más tendréis por qué usar este refrán en Israel. He aquí que todas las
almas son mías; como el alma del padre,
así el alma del hijo es mía; el
alma que pecare, esa morirá.
Para
comprender las citas antes expuestas es necesario conocer el contexto; en
primer lugar el profeta Jeremías profetiza a una generación que viviría la
destrucción de Jerusalén y el Templo, por más de veinte años predijo tal
destrucción pero los judíos no lo creyeron, al contrario, pensaron que por
mucho mal que hiciesen, sus hijos sufrirían las consecuencias mas no ellos, de
la misma forma que si comieran muchas uvas agrias, sus hijos sufrirían la
dentera, su razonamiento lo basaban en la cita de éxodo, a lo que el Señor
responde mostrando que NUNCA MAS se usaría tal refrán, y eso aplica aun hoy. En
segundo lugar encontramos al profeta Ezequiel, el cual vivió la deportación a
babilonia, se usaba este refrán aun entre los desterrados con el fin de justificar
su estadía en babilonia como una consecuencia de los pecados de sus padres y no
los propios, pero nuestro Señor es muy claro, todo hombre llevará las
consecuencias de su propio pecado, ninguno pagará los pecados de otro, sin
embargo, no podemos negar las consecuencias que las decisiones tomadas puedan
ejercer sobre otras personas, como el de un padre que abandona a su hijo, el
niño sufrirá las consecuencias pero no por una maldición sino por una ley de
causa y efecto, asimismo todo acto que hagamos tiene consecuencias dada la
conexión que tenemos con las personas que nos rodean, pero no son atribuibles
ni a Dios como tampoco al diablo.
Los que
defienden la doctrina de maldiciones generacionales alegan que el diablo tiene
cierto poder sobre las familias y generaciones posteriores para actuar en
enfermedades y adicciones, pero eso no es lo que la biblia enseña, aun en éxodo
20 NUNCA el Señor declara que dichas maldiciones sean prácticas o adicciones
como el alcohol, la prostitución, el adulterio; sería algo inconcebible que
Dios como castigo de un pecado coloque la adicción o la perpetuación de dicho
pecado.
Isaías 61:8
Yo, el Señor, amo la justicia y aborrezco el robo
y la maldad; así que
afirmaré en verdad sus obras y haré con ellos un pacto perpetuo.
Tampoco
encontramos en las Escrituras que haya maldiciones colocadas por el diablo para
que ciertas familias cometan pecados específicos, en verdad los que no creen
son esclavos del pecado y están bajo el poder del maligno, pero nunca leemos
que haya maldiciones con relación a prácticas de pecados específicos.
Ahora analicemos
un texto tomado de una enseñanza que apoya esta doctrina:
Iniquidad Generacional es una predisposición o
impulso hacia hábitos, tendencias y pecados específicos. Se puede definir como
una influencia negativa y poderosa, una puerta abierta o tendencia en el linaje
de la familia que controla el comportamiento de la familia y ha sido aceptado
como normal. La iniquidad generacional puede ser transmitida a Ud. no solo por
sus antepasados sino también por medio de alianzas con otras personas o grupos.
Al unirse con alguien o algún grupo, todos los derechos y oportunidades dadas
al diablo por medio de ellos y sus antepasados aplican a Ud. también. Cuando
Ud. se casa, las maldiciones o derecho legales en el linaje de sangre de su
cónyuge ahora tiene el derecho de entrar y obrar en su vida y la de sus hijos.
Hoy pongo al cielo y a la tierra por testigos
contra ti, de que te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición
y la maldición. Elige, pues, la vida, para que vivan tú y tus descendientes.
Deuteronomio 30:19 NVI.
En este
texto Iniquidad generacional es
sinónima a maldición generacional y
es de observar que de manera clara se habla de hábitos, prácticas que se
heredan y no solo eso, sino que también pueden ser transmitidas por medio de
pactos; la pregunta que surge es ¿Qué base bíblica usan para sustentarlo? Deuteronomio
30:19, no obstante, en esa cita de ninguna manera se enseña lo que proponen,
las maldiciones nombradas allí son colocadas por el mismo Dios, no por el hombre,
y nunca hace alusión a prácticas ni pecados, por tanto esta doctrina se
fundamenta más en la preconcepción de los que la sugieren que de la biblia.
Ø
Las
maldiciones generacionales se transmiten por genética, el ejemplo y la ley de
siembra y cosecha.
Hay tres maneras en que las iniquidades
generacionales pueden pasar a nosotros y manifestarse en nuestras vidas:
ü
Genes
Condiciones Físicas: Depresión, enfermedades del
corazón, diabetes, artritis, cáncer etc. Aun los doctores piden la historia de
su familia para poder analizar su salud.
Decir
que las maldiciones generacionales están ligadas a los genes pues es creer que
ciertos pecados pueden entrar en la genética y dañarla, sin embargo, la biblia
enseña que desde el momento del pecado de Adán el cuerpo del hombre fue dañado
por el pecado, introduciéndose en él, trayendo muerte y enfermedad, además de
la atracción que posee éste para practicarlo, como muy bien instruye el apóstol:
Romanos 7:14-23
Sabemos que la ley es espiritual. Pero yo soy un
simple ser carnal, que ha sido vendido como esclavo al pecado. No entiendo qué
me pasa, pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco. Y si hago lo que no
quiero hacer, compruebo entonces que la ley es buena. De modo que no soy yo
quien hace aquello, sino el pecado que habita en mí. Yo sé que en mí, esto
es, en mi naturaleza humana, no habita el bien; porque el desear el bien está
en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que
no quiero. Y si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo hace, sino el
pecado que habita en mí. Entonces, aunque quiero hacer el bien, descubro esta
ley: que el mal está en mí. Porque, según el hombre interior, me deleito en la
ley de Dios; pero encuentro que hay otra ley en mis miembros, la cual se rebela
contra la ley de mi mente y me tiene cautivo a la ley del pecado que está en
mis miembros.
El
apóstol es claro en que todo ser humano es esclavo del pecado, está sometido a
los deseos que en el cuerpo produce teniendo como fruto pecar, estos deseos se
pueden manifestar de las diferentes formas en que actuamos, no es algo que
herede una familia específica, SON TODOS LOS SERES HUMANOS, como el mismo Señor
indica:
Mateo 15:19
Porque del corazón salen los malos deseos, los
homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los robos, los falsos
testimonios, las blasfemias.
Ahora,
las enfermedades que poseemos son consecuencias del pecado de Adán, no el de
una persona en específico, no es que un ancestro cometió cierto pecado y por
ello le heredó el cáncer a todas sus generaciones, no es así, esas enfermedades
se producen por daños genéticos causados por el pecado original, lo cual
heredamos todos, unos de una forma, otros de otra, la única manera en que una
familia pueda detener el cáncer es que Dios arregle ese daño para que no se
pueda perpetuar, y es que todos los seres humanos tenemos debilidades en ese
aspecto, todos nos enfermamos, todos poseemos daños que incentivan ciertas
enfermedades. La creencia de que nuestros pecados producen enfermedades que se
pueden heredar es antigua, lo encontramos en el tiempo de Job, cuando sus
amigos lo acusan de pecar y como consecuencia sufrió esa terrible enfermedad
además de todas las catástrofes y pobreza que padeció, recordemos también esta
escena del evangelio:
Juan 9:2-3
—Rabí, ¿por qué nació ciego este hombre? —le
preguntaron sus discípulos —. ¿Fue por sus propios pecados o por los de sus
padres?—No fue por sus pecados ni tampoco por los de sus padres —contestó
Jesús—, nació ciego para que todos vieran el poder de Dios en él.
El
Señor claramente afirma que la enfermedad en este caso no fue por causa del
pecado, fue por voluntad divina, así como con Job, de tal manera que ¿Cómo
saber cuándo una enfermedad es por causa divina o por consecuencia del mismo
hombre? Solo Dios determina tal cosa; al referirme consecuencia del hombre hago
énfasis en aquello que hacen las personas que conducen a afectar a los que le
rodean incluyendo la familia, por ejemplo, una mujer embarazada que no se
cuida, que fuma, que toma alcohol, que hace cosas dañinas para el bebé traerá
como consecuencia un daño en el niño, mas no fue por un pecado de sus
antepasados, como decir que el abuelo pecó y por ello el niño nació con
problemas.
ü
Ejemplo
Repetimos lo que otros han vivido en frente de
nosotros, el ambiente en que vivimos. Alcoholismo, divorcio, enojo, gritando,
chismes, etc.
En
este aspecto puede darse una explicación más relacionada al aprendizaje que a
lo espiritual en el sentido de que son conductas aprendidas, no es algo
transmitido espiritualmente, son costumbres que son enseñadas por los padres y
la sociedad, los cuales pueden ser desechados por el individuo una vez tiene
conciencia de sus actos, decidiendo seguir en esos caminos o cambiar de vida;
es fundamental la enseñanza que se produce en la infancia, ya que se queda tan
arraigada en la persona que en muchos casos es difícil de quitar, por eso mismo
el Señor tiene este mandato:
Deuteronomio
6:6-9
Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán
sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos,
y hablarás de ellas estando en tu casa,
y andando por el camino, y al
acostarte, y cuando te levantes. Y las
atarás como una señal en tu mano, y
estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu
casa, y en tus puertas.
ü
Ley de
sembrar y cosechar
Dios estableció esta ley con el propósito de
bendecir a su pueblo, pero cuando el pecado entro al mundo esta misma ley
fue usada por el diablo para sembrar la maldición. No se engañen: de Dios
nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra. El que siembra para agradar a
su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción; el que
siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna. No nos
cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos
damos por vencidos.
Gálatas 6:7-9 NVI.
Hermanos nuestra falta de victoria en algunas
áreas de nuestra vida puede ser porque tenemos una fortaleza por causa de
nuestra propia iniquidad o por la iniquidad de nuestros antepasados que han
dado el derecho a satanás para atormentarnos y traer sufrimiento a nuestro
cuerpo, alma, vida y familia. Esto no
nos da una excusa para pecar porque la autoridad que tenemos en Jesús es más
grande que el pecado, pero las iniquidades generacionales pueden hacernos
más débiles y darnos más tendencia a pecar en áreas específicas donde nuestros
antepasados han abierto una puerta con su desobediencia. Si no hemos cerrado la
puerta rompiendo la iniquidad el diablo sigue con el derecho de atacarnos una y
otra vez, pero podemos orar para que Dios rompa el poder de la iniquidad que
entró através de la puerta que nuestros antepasados abrieron.
En
este punto es necesario analizar algunas frases y conceptos que a la luz de la
biblia no tienen ningún fundamento, he subrayado esos textos para considerarlos
con mayor profundidad. El primero dice: pero
cuando el pecado entro al mundo esta misma ley fue usada por el diablo para
sembrar la maldición. La ley de la siembra y la cosecha nunca es
nombrada en las Escrituras con relación a que Satanás puede usarla para
maldecir al hombre, nunca en la biblia se muestra algún ejemplo, además, cuando
el apóstol usa la cita mencionada hace referencia a las consecuencias que se
obtienen por pecar y por buscar del Señor, siendo la paga del pecado la muerte
como algo intrínseco al pecado mas no por obra satánica, por tanto, la cita
bíblica es sacada de contexto y le es dado un significado que no es bíblico.
Hermanos nuestra falta de victoria en algunas
áreas de nuestra vida puede ser porque tenemos una fortaleza por causa de
nuestra propia iniquidad o por la iniquidad de nuestros antepasados que han
dado el derecho a satanás para atormentarnos y traer sufrimiento a nuestro
cuerpo, alma, vida y familia. Es interesante que este texto señala que una
causa posible de la falta de victoria traduciéndose esto como éxito en aquello
emprendido, ya sea económico o personal está determinada por satanás, el cual
toma poder en las vidas a consecuencia del pecado propio o ancestral, algo que
no tiene ningún sustento bíblico y lo demuestra dicho escritor al no mencionar
ninguna cita bíblica que lo valide, puede que el diablo tenga poder sobre el
incrédulo a causa de su esclavitud al pecado y porque está en su reino, aun así
cualquier acción hecha por el diablo lo ejerce porque Dios así lo permite, de
tal manera que no puede quitar la vida a una persona sin la voluntad de Señor,
como lo muestran las Escrituras:
Ezequiel 18:4
He aquí que todas las almas son mías; como el
alma del padre, así el alma del hijo es
mía; el alma que pecare, esa morirá.
El
único que tiene poder sobre la vida es Dios, ya que si dependiera del diablo,
todos estuviéramos muertos debido a que esto implicaría la separación con Dios
y la condenación eterna, por tanto, Dios da la vida a buenos y malos, y permite
que vivan para que puedan escuchar las buenas nuevas y tener así la oportunidad
de entrar a su gran Reino por medio de su hijo Jesucristo. A eso se añade el
valor quitado al nuevo nacimiento, cuando los creyentes morimos al viejo hombre
naciendo uno completamente nuevo en Cristo:
2 Corintios 5:17
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he
aquí todas son hechas nuevas.
Decir
que Satanás tiene poder sobre los cristianos por algo que sus antepasados
hicieron es declarar que en el creyente NO TODO fue hecho nuevo, que el nuevo
nacimiento no es tan nuevo, que el sacrificio del Señor no fue tan poderoso
como para borrar todas nuestras faltas, por lo que es necesario hacer algo para
complementar dicho sacrificio, visto de esta manera puede notarse lo absurdo de
decir que satanás tiene poder sobre el cristiano por causa de sus antepasados.
pero las iniquidades generacionales pueden
hacernos más débiles y darnos más tendencia a pecar en áreas específicas donde
nuestros antepasados han abierto una puerta con su desobediencia. Si no hemos
cerrado la puerta rompiendo la iniquidad el diablo sigue con el derecho de
atacarnos una y otra vez, pero podemos orar para que Dios rompa el poder de la
iniquidad que entró através de la puerta que nuestros antepasados abrieron.
Al analizar la anterior declaración encontraremos
que no tiene ningún fundamento bíblico, por tanto no sorprende que no haya una
sola cita que lo valide, es más un pensamiento humano que doctrina cristiana.
Examinemos cada parte, en primer lugar se enseña que las iniquidades
generacionales o maldiciones generacionales pueden hacer débiles a las personas
en áreas específicas resultado de la desobediencia de nuestros antepasados,
como estudiamos con anterioridad, todo ser humano es esclavo del pecado, y tal
esclavitud fue resultado del pecado de Adán, no por nuestros abuelos; a eso se
añade lo enseñado por las Escrituras en lo referente a la lucha entre esos
deseos producidos por el pecado y la guía del Espíritu por la santidad, tal disputa
permanece aun siendo creyentes nacidos de nuevo, como leemos:
Mateo
26:41
Velad y
orad, para que no entréis en
tentación; el espíritu a la verdad está
dispuesto, pero la carne es débil.
Gálatas
5:16-17
Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis
los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.
Como enseñan los textos, el Espíritu y los deseos
pecaminosos de la carne están en disputa, la cual cesará cuando muramos o
cuando resucitemos con cuerpos gloriosos.
ü
METODO
PARA DESTRUIR LAS MALDICIONES GENERACIONALES
Ahora
procedo a mostrar la manera en que según estas enseñanzas se puede romper una
maldición generacional, leamos:
1.
Pedir
perdón a Dios por nuestros antepasados nombrando el pecado específicamente, si
es posible.
2.
Perdonar
a nuestros antepasados por sus pecados y el resultado que trajo a nuestras
vidas.
3.
Pedir de
todo corazón a Dios que lo perdone a Ud. y sus generaciones futuras en el
Nombre de Jesús y que remueva cualquier juicio que había en su linaje de sangre
que está permitiendo esa maldición y ataques. Talvez sea necesario lidiar con
demonios ordenándoles que salgan de su vida, en el Nombre de Jesús.
Al hacer
esta oración de todo corazón romperá cualquier derecho que ha venido por su
rebelión o la rebelión de sus antepasados. Es importante orar esta oración en
voz alta para declarar a satanás que Ud. es un hijo de Dios y está protegido
con la sangre de Cristo. Tener fe en nuestro corazón es importante pero también
debemos confesar con nuestra boca.
Analicemos parte por parte las declaraciones
citadas, en primer lugar se enseña que un requisito para destruir las
maldiciones generacionales es pedir perdón por los pecados de nuestros
antepasados, y hacerlo nombrando los pecados específicos, esto es algo que
carece de base bíblica y de sentido común en el hecho de que para tal cosa
debemos conocer los pecados de nuestros antepasados y de manera específica ¿y
qué de aquellos que nunca conocieron su familia?¿o de aquellos que sus
antepasados practicaron pecados ocultos?¿cómo harán para pedir perdón a Dios
por dichos pecados los cuales son desconocidos? Recordemos lo estudiado con
anterioridad, donde se demostró que los pecados no son heredados, sin embargo,
para justificar esta doctrina muchos citan Daniel 9 donde se muestra a Daniel
orando al señor por los pecados cometidos por su pueblo, pero miremos las
diferencias de esta acción del profeta con las que estamos estudiando, Daniel
ora como nación, no como individuo, lo hace basado en el pacto hecho por Dios
con el pueblo de Israel, el cual fue hecho con toda la nación y no con
individuos en específico, por tanto basado en eso Daniel ora pidiendo perdón
por los pecados cometidos por Israel en el pasado los cuales conllevaron a que
se cumpliera la maldición por incumplir el pacto (Deuteronomio 28:49-57), pero
hay que aclarar que dichas maldiciones surgidas por incumplir el pecado NUNCA
hace referencia a satanás y mucho menos a pecados que cometen ciertas familias,
son circunstancias que Dios coloca para que su pueblo vuelva a él, como fue el
caso de la deportación a Babilonia, y de allí que Daniel pida perdón como una
nación para que como nación sea perdonado y devuelto a su tierra, y lo hace
sabiendo que tal cosa ocurrirá, ya que los 70 años de la profecía donde Jeremías
predecía la vuelta de los israelitas a su tierra ya se habían cumplido, de tal
manera que la maldición que Dios profirió en Deuteronomio duró unos 70 años, después
de eso se volvería a cumplir cuando los israelitas volvieran a quebrantar el
pacto.
A esto podemos añadir que el pedir perdón por los
pecados de generaciones futuras no es bíblico, ya que el perdón es otorgado a aquel
que lo pide, no es algo que pueda hacer otra persona, por dicha razón esta
afirmaciones no son sustentadas bíblicamente, no existe tal fundamento.
Después
de examinar todos estos puntos, podemos declarar con seguridad bíblica que la
doctrina de las maldiciones generacionales como se enseña regularmente no es
Escritural, contradice las enseñanzas divinas y además muestran a Dios como
alguien que impulsa el pecado en las familias.
El texto
tomado como base para refutar en este estudio fue tomado de:
Nota: si alguno tiene inquietudes con
respecto al tema expuesto anteriormente, puede comunicarse conmigo.
Atentamente:
Hernando Álvarez.
Correo:siloh83@hotmail.com
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