RAZONES POR LA QUE UNA
PERSONA ECHA FUERA DEMONIOS
Este
aspecto del campo espiritual es muy llamativo dado lo sobrenatural que
conlleva, el hecho de tener poder sobre un ser espiritual capta la atención tanto
de creyentes como de incrédulos, por tanto, examinemos bajo qué circunstancias
puede alguien echar fuera un demonio, claro está de un endemoniado, o sea de
alguien poseído por un espíritu maligno; para esto se usaran las Escrituras
como base, siendo la palabra profética más segura.
Razones
por la que una persona echa fuera demonios:
Autoridad delegada por Jesús.
Cuando
nuestro Señor impartió autoridad sobre sus discípulos para echar fuera
demonios, lo hizo antes de su resurrección, por tanto, la obra de ellos se
llevó a cabo sin que tuvieran al Espíritu Santo y que fueran salvos:
Mateo 10:5-8
A estos doce envió Jesús, y les dio
instrucciones, diciendo: Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de
samaritanos no entréis, sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de
Israel. Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad
enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de
gracia recibisteis, dad de gracia.
Marcos 3:14-15
Y estableció a doce, para que
estuviesen con él, y para enviarlos a predicar, y que tuviesen autoridad para
sanar enfermedades y para echar fuera demonios:
Marcos 6:13
Y echaban fuera muchos demonios,
y ungían con aceite a muchos enfermos, y los sanaban.
Lucas 10:17
Volvieron los setenta con gozo,
diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre.
Los
casos antes nombrados dan a conocer la autoridad delegada por Jesús a sus discípulos,
tal autoridad fue dada antes de que estos tuvieran al Espíritu Santo, ya que después
de la resurrección fue derramado sobre ellos, a eso se añade que por lo menos
uno de ellos nunca fue salvo, haciendo referencia a Judas Iscariote.
Juan 20:22
Y habiendo dicho esto, sopló, y les
dijo: Recibid el Espíritu Santo.
Hechos 2:4
Y fueron todos llenos del Espíritu
Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que
hablasen.
Por la fe en el nombre de Jesús
Este
punto implica que si alguien cree que en el nombre de Jesús puede echar fuera
un demonio así ocurrirá, aunque dicha persona no tenga al Espíritu Santo y no
sea salva:
Mateo 7:22-23
Muchos me dirán en aquel día: Señor,
Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios,
y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les
declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. Este punto muestra cómo muchos en el día
del juicio alegaran conocer al Señor y haberle seguido, sin embargo el Maestro
es claro en que NUNCA fueron salvos ni le conocieron, aunque aparentaran que sí.
Marcos 9:38-39
Juan le respondió diciendo: Maestro,
hemos visto a uno que en tu nombre echaba fuera demonios, pero él no nos sigue;
y se lo prohibimos, porque no nos seguía. Pero Jesús dijo: No se lo prohibáis;
porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda decir mal de
mí. Este caso es
comparable al que vimos en el ítem anterior donde los discípulos aun no recibían
al espíritu Santo, ya que este suceso ocurrió antes de la resurrección de
Cristo.
Hechos 19:13-16
Pero algunos de los judíos, exorcistas
ambulantes, intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían
espíritus malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo. Había siete
hijos de un tal Esceva, judío, jefe de los sacerdotes, que hacían esto. Pero
respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero
vosotros, ¿quiénes sois? Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando
sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de
aquella casa desnudos y heridos. Cuando
las personas no ejercían esta fe, el demonio prevalecía sobre ellos.
Por creer en Cristo.
Este
caso se manifiesta cuando la persona cree en Cristo como su Señor y Salvador,
recibiendo autoridad a causa de ello.
Marcos 16:17
Y estas señales seguirán a los que
creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas;
Mateo 17:18-20
Y reprendió Jesús al demonio, el cual
salió del muchacho, y éste quedó sano desde aquella hora. Viniendo entonces los
discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo
fuera? Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si
tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí
allá, y se pasará; y nada os será imposible.
Por medio del Espíritu Santo.
En este
aspecto se lleva implícito la santidad del creyente, ya que el Espíritu se manifiesta
a través de dicha santidad; el creyente echa fuera al demonio por el poder del Espíritu
obrando en él.
Mateo 12:28
Pero si yo por el Espíritu de Dios
echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios.
1 Samuel 16:23
Y cuando el espíritu malo de parte de
Dios venía sobre Saúl, David tomaba el arpa y tocaba con su mano; y Saúl tenía
alivio y estaba mejor, y el espíritu malo se apartaba de él. El hecho de que el espíritu maligno
se fuera cuando David tocaba el arpa, no era por la música en sí, ya que no
posee tal poder, además que podría ser tocada por cualquiera; el espíritu salía
por la santidad de David, como manifiesta su elección al tener el corazón conforme
al corazón del Señor.
Con
estos argumentos podemos evidenciar que una persona al echar fuera el demonio o
demonios de alguien no garantiza que sea un verdadero cristiano lleno del Espíritu
Santo y que tenga el don de la salvación, por tanto debemos ser sabios y
prudentes, no confiando ciegamente por el solo acto de echar fuera un demonio,
nuestro Señor fue claro en cuanto a la forma de identificar un verdadero siervo
del Altísimo:
Mateo
7:15-23
Guardaos
de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por
dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas
de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos,
pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni
el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y
echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis. No todo el que me
dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad
de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor,
¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre
hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de
mí, hacedores de maldad.
Nota: si alguno tiene inquietudes con
respecto al tema expuesto anteriormente, puede comunicarse conmigo.
Atentamente:
Hernando Álvarez.
Correo:siloh83@hotmail.com
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