domingo, 18 de junio de 2023

Escritos diversos

 a) EL RETO DE LOS BÁRBAROS A LA ROMANITAS CRISTIANA. Desde el punto de vista de la historia de la civilización, las invasiones de los bárbaros presentaban un gran reto. A través de siglos de desarrollo cultural, había aparecido en el mundo lo que los contemporáneos llamaban Romanitas -esa herencia grecorromana que constituía la civilización más elevada que Europa había conocido-. Era la propia Romanitas la que había hecho posible la riqueza que los bárbaros ambicionaban, y uno de los motivos que les impulsaban hacia el territorio romano era el de hacerse partícipes de ella. Sin embargo, esos mismos bárbaros, con sus costumbres distintas de las romanas y su falta de comprensión de los verdaderos fundamentos de la Romanitas, amenazaban de muerte aquello de que deseaban adueñarse. Desde el punto de vista de la historia de las misiones, las invasiones de los bárbaros presentaban también un reto. La inmensa mayoría de los pueblos que se establecieron en los antiguos territorios imperiales era pagana; y los que eran cristianos habían sido convertidos a través de su contacto con los arrianos y seguían la doctrina arriana, que los demás cristianos consideraban herética. Algunas de las regiones en las que el cristianismo había logrado propagarse con más efectividad -las Galias, Italia, España, el Africa del Norte- se vieron ahora pobladas por nuevas gentes entre las que era necesario emprender de nuevo la obra misionera. Para los cristianos de la época, el reto a la civilización y el reto al cristianismo eran una y la misma cosa. Para ellos, el Imperio Romano era obra de Dios mismo, que en su providencia lo había establecido como trasfondo y vehículo para la transmisión del Evangelio. Si ahora Dios permitía que ese imperio fuese amenazado por la barbarie, ello era también parte del plan divino para la redención del mundo, pues así los bárbaros podían encontrar acceso a la Iglesia. Pero era también parte del plan de Dios el que esos bárbaros encontraran acceso a la Iglesia haciéndose partícipes de la Romanitas. Es por esta razón que a través de todo este período la obra misionera de la Iglesia se une a su obra civilizadora, y a la par que se busca convertir a los bárbaros se busca romanizarlos. Empero esto no quiere decir que los cristianos viesen en su religión un modo de salvar la Romanitas, sino que por el contrario estaban dispuestos a que la propia estructura de la civilización fuese destruida si Dios decidía utilizar ese medio para la evangelización de los bárbaros. Así, Orosio, el español discípulo de Agustín, decía: "Si sólo para esto los bárbaros fueron enviados dentro de las fronteras romanas, para que por todo el Oriente y el Occidente la Iglesia de Cristo se llenase de hunos y suevos, de vándalos y borgoñones, de diversos e innumerables pueblos de creyentes, loada y exaltada ha de ser la misericordia de Dios porque han llegado al conocimiento de la verdad tantas naciones que no hubieran podido hacerlo sin esta ocasión, aunque esto sea mediante nuestra propia destrucción". La reconquista por parte de la Iglesia del territorio perdido a causa de las invasiones de los bárbaros comenzó el mismo día en que se hizo necesaria. Los pueblos paganos que se establecían en territorio romano pronto comenzaban a adaptarse a las costumbres y creencias de sus vecinos conquistados, de modo que la conversión de los bárbaros paganos avanzó rápidamente. Algo más lenta fue la conversión al catolicismo de los bárbaros que eran arrianos antes de atravesar las fronteras del Imperio -godos, lombardos y vándalos- pero también ésta era de esperarse debido a la tendencia de los bárbaros a aceptar las costumbres de los Romanos. Historia de las misiones. Justo L. González  

No hay comentarios.:

Publicar un comentario