sábado, 11 de junio de 2022

Escritos diversos

 El fariseo y el publicano. Parte 2.

ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. Lc 18:12

Aquí el fariseo expresa en qué se basa, según él, su justicia. Moisés dijo que había que ayunar una vez al año, el día de la expiación (Lv. 23:27, 29). Este hombre va más allá y ayuna dos veces cada semana, una práctica «reservada para algunos círculos entre los fariseos y sus discípulos» (Safrai, JPFC, II, 816). En cuanto al diezmo, la regulación del Antiguo Testamento era clara y limitada. Se tenía que diezmar el grano, el vino y el aceite (Lv. 27:30; Nm. 18:27; Dt. 12:17). Pero, como observa Safrai, «en el periodo tanaítico la Ley se amplió para incluir todo tipo de alimento» (Safrai, JPFC, II, 825; cf. MishnáMaaserot 1:1, Danby, 66). Pero incluso esta regulación tenía excepciones, porque la ruda, la verdolaga, el apio y otros productos agrícolas quedaban exentos (Mishná Shebiit 9:1, Danby, 49). La práctica del diezmo en los productos no agrícolas estaba comenzando a aparecer, y «la costumbre nunca acabó por extenderse y quedó solo entre los que eran particularmente estrictos» (Safrai, JPFC, II, 825). Los recaudadores de impuestos también pagaban algunos diezmos (Ibíd., 819). Pero el fariseo se considera superior, porque él, іél pagaba todos los diezmos! Ibn al-Salibi observa: «Se está comparando con los grandes ejemplos de justicia como Moisés y los Profetas» (Ibn al-Salibi, II, 181). Sus actos son obras de supererogación (Jeremias, Parábolas, 172, 140 de la edición en inglés). Amós dijo palabras muy duras en contra de ese tipo de religión (cf. Am 4:4). Tenemos aquí a un hombre que se enorgullece de observar de forma perfecta las exigencias de su religión. Tomado del libro Las Parábolas de Lucas. Kenneth Bailey 

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